hace años que no recorro el bosque.
Llegué aquí en marzo de 2005, han pasado once años y en este tiempo por mi casa pasaron tres hombres y he tenido dos hijos.
Ahora soy de nuevo yo, y por eso he vuelto al bosque, a encontrar a aquella que caminaba por caminos cerrados, abandonados, llenos de zarzas y misterios, de preguntas de tiempos pasados, hallazgos y abrazos a los árboles.
La crianza me hizo perderme en un barullo de pañales, tetas, llantos y demandas, encontrar una nueva yo desconocida, la yo madre, inesperada, llena de incertidumbres y escasa de certezas. Una yo en contacto con mi infancia, mi pasado, mis límites y carencias, una yo consciente de mí misma, apendiendo, dando nuevos pasos a ritmo de canciones infantiles y juegos.
El puerperio se acabó y empecé un nuevo cambio, una crisis personal transformadora y rompedora. El puerperio se acabó y necesité volver a mí misma, a la yo antes de ser mamá, pero siendo mamá. La unión de estos dos yos para dar lugar a un nuevo yo.
Jajajajaja cuanto ego!
Y en el bosque está la paz, el ruido de la naturaleza, el agua ensordecedora, el silencio de la mente. En el bosque está el ser como uno más, como un insecto que forma parte de un todo durante un instante efímero.
Buscar la paz, buscar mi centro, ser feliz un instante.
jueves, 28 de abril de 2016
viernes, 27 de diciembre de 2013
Llegó Nel, con esfuerzo, minando mi entereza, me rendía... pero al final llegó a pesar de todo, a pesar de mí.
Nora le vio nacer y le ama, le cuida y le besa, le abraza y le coge, quiere jugar con él, aún tan pequeño.
Luis le vio nacer y también le ama, aunque ahora se dedica a Nora para que yo pueda dedicarme a él a tiempo completo y ella se sienta querida y acompañada. Supongo que pasa ganas de estar con el bebé...
Yo le sentí nacer desgarrándome y rompiéndome, le cojí y era un saquito de huesos, delgadito y pequeño, mojado, lloroso, casi no sabía aún qué hacer con aquella cosita. Ahora le amo, pero me siento perdida en la nueva vida, no puedo atenderle del todo y a Nora casi nada, quiero llegar y no puedo, quiero salir y tomar el sol y a la vez ser libre, ahora tan atada. Tengo muchos sentimientos encontrados y hago sufrir a los de mi alrededor, con mis líos.
Espero pronto adaptarme y que todo pase para encontrar una nueva normalidad.
Bienvenido, pequeño ser, nuevo hijo.
domingo, 20 de octubre de 2013
Si el otro dia todo era paz, hoy todo son nervios.
La obra se alarga, Nora se rebela, mi barriga crece, mi tensión baja... Cada vez necesito descansar más y cuando no puedo, no puedo. Entonces no puedo con la niña, ni con la barriga, ni caminar dos pasos, ni nada. Cada vez ve más dibujos y eso me mata, aunque intento pensar que pronto se va a acabar, pero a la vez tengo mucho miedo de lo que viene después y de cómo seré capaz de manejarlo, o incapaz. Este embarazo lo estoy llevando muy mal, tengo casi un estallido, una pérdida de control total al mes, y algunos meses he tenido más, como cuando la amniocentesis. Siento que mi pareja no es capaz de ayudarme a relajarme, estar callado y escuchar y comprender, que es lo único que hace falta cuando una se siente mal. También me da miedo el momento del parto por esta razón. Sabrá entonces? la otra vez lo hizo bien, respeto absoluto, silencio, coger la mano. Por qué ya no sabe? Se le ha olvidado?
Necesito volver a casa y recuperar al padre de mi hija, que esté con ella estos momentos en los que yo ya no puedo porque mi cuerpo no me lo permite, y en los que me siento tan frustrada que acabo enfadandome con ella, quien menos lo merece y lo necesita, y conmigo, y sintiéndome fatal.
Duermo mal, si no me duele algo, tengo ardor o me dan calambres, la niña se despierta y pide teta durante horas, acaban doliendome los pezones además de lo que ya tuviera. Luego tengo que ir al baño, cada vez que me despierto me hago pis. Menos mal que se me quitó la tos. Me siento una quejica llena de males y no lo soporto, pero si no duermo bien luego me mareo y no puedo jugar con ella ni ir al parque, ni seguirle el ritmo. Y entonces ella decide desafiarme y quitarme el teléfono y salir corriendo, y luego tirarlo al suelo. Por mas que le explico que se rompe y luego no lo podemos usar no me hace caso y corre, y yo que no puedo moverme. Al final, me enfado y grito. Y luego me arrepiento, pero no tengo más herramientas, no las tengo.
Y después de todo esto, hablo con él y me dice que necesito ir a terapia, quej una madre debe ser un manto de paciencia infinito, vamos, que lo hago fatal. Cómo no? acabo histérica gritándole a él también. Dios, es tan difícil entenderme?
Espero que sea la luna llena, y no vaya a ser así siempre.
La obra se alarga, Nora se rebela, mi barriga crece, mi tensión baja... Cada vez necesito descansar más y cuando no puedo, no puedo. Entonces no puedo con la niña, ni con la barriga, ni caminar dos pasos, ni nada. Cada vez ve más dibujos y eso me mata, aunque intento pensar que pronto se va a acabar, pero a la vez tengo mucho miedo de lo que viene después y de cómo seré capaz de manejarlo, o incapaz. Este embarazo lo estoy llevando muy mal, tengo casi un estallido, una pérdida de control total al mes, y algunos meses he tenido más, como cuando la amniocentesis. Siento que mi pareja no es capaz de ayudarme a relajarme, estar callado y escuchar y comprender, que es lo único que hace falta cuando una se siente mal. También me da miedo el momento del parto por esta razón. Sabrá entonces? la otra vez lo hizo bien, respeto absoluto, silencio, coger la mano. Por qué ya no sabe? Se le ha olvidado?
Necesito volver a casa y recuperar al padre de mi hija, que esté con ella estos momentos en los que yo ya no puedo porque mi cuerpo no me lo permite, y en los que me siento tan frustrada que acabo enfadandome con ella, quien menos lo merece y lo necesita, y conmigo, y sintiéndome fatal.
Duermo mal, si no me duele algo, tengo ardor o me dan calambres, la niña se despierta y pide teta durante horas, acaban doliendome los pezones además de lo que ya tuviera. Luego tengo que ir al baño, cada vez que me despierto me hago pis. Menos mal que se me quitó la tos. Me siento una quejica llena de males y no lo soporto, pero si no duermo bien luego me mareo y no puedo jugar con ella ni ir al parque, ni seguirle el ritmo. Y entonces ella decide desafiarme y quitarme el teléfono y salir corriendo, y luego tirarlo al suelo. Por mas que le explico que se rompe y luego no lo podemos usar no me hace caso y corre, y yo que no puedo moverme. Al final, me enfado y grito. Y luego me arrepiento, pero no tengo más herramientas, no las tengo.
Y después de todo esto, hablo con él y me dice que necesito ir a terapia, quej una madre debe ser un manto de paciencia infinito, vamos, que lo hago fatal. Cómo no? acabo histérica gritándole a él también. Dios, es tan difícil entenderme?
Espero que sea la luna llena, y no vaya a ser así siempre.
jueves, 3 de octubre de 2013
MOMENTOS MODERNOS
Mojando una galleta de chocolate en un descafeinado,
disfruto de la primera mañana de paz después de dos años y diez meses de
crianza intensa. Nora ya va al colegio desde hace dos semanas, pero hasta hoy
no he conseguido tener tiempo de sobra, tiempo de disfrutar, de hacer algo que
me apetece hacer, tiempo para mí. Tiempo de persona y no tiempo de madre. La
maternidad ocupa todo, llena todos los pequeños momentos, preparando, pensando,
jugando, alimentando, cuidando… Dios, no imaginaba que iba a ser tan intenso!
Ahora, con una gran barriga y otro bebé moviéndose dentro,
lucho contra mi necesidad de recuperar mis intereses y actividades de antes de
tener a Nora , para enfrentar la tan deseada llegada de Nel, el nuevo miembro
de la familia que vendrá, igual que ella, cerca de navidad. Tengo apenas tres
meses de libertad por las mañanas, mientras ella está en el colegio y antes de
que nazca él, un tiempo limitado y exíguo, porque para disfrutar el tiempo
siempre debería ser eterno. Antes valoraba mucho la importancia del
aburrimiento, porque de los tiempos aburridos salen grandes ideas, nuevos
proyectos, ilusiones, y surge la verdadera creatividad. Ahora que no me aburro
nunca, apenas creo, y eso me hace daño, aunque sé que volverá , que todo son
fases cambiantes, que hay que disfrutar cada una como es. Aún así, pasar el día
entre lavar, cocinar y criar a veces me hace ser peor persona de lo que
realmente soy, pues necesito sentirme orgullosa de mí misma, y la creatividad
es la verdadera expresión de un adulto.
Ahora incluso me resulta difícil saber de qué hablar, que no
sea mi pequeña vida familiar. La huerta la sigo trabajando y cada vez tengo
mejores resultados dedicándole el mínimo tiempo, los misterios de la
naturaleza, la magia, sigue funcionando. Siempre me parece que lo que importa
es la intención, y no tanto la dedicación. Este verano apenas llovió, y yo con
tan poco tiempo, apenas regué, aun así la cosecha ha sido fantástica, excepto
las patatas, que casi recogí lo sembrado. Bueno, lo recogió luis, porque yo ya
estaba para poco trote. El embarazo de Nora fue fantástico, pero este ha tenido
muchos mas-menos.
Otra vez de obras en casa, ahora con el suelo del desván y
la ilusión de un espacio nuevo. Luis añora biblioteca, y yo espacio de
creación. Sala de juegos al lado para poder combinarlo todo y encontrar
momentos para que cada uno de nosotros disfrute de sí mismo. Como la destrucción fue enorme, estamos en
una casa alquilada, con apenas cobertura, no sé si podré colgar esto, ni fotos,
pero lo escribo, aunque sea para mí sola.
Gracias anónimo, por animarme a escribir otra vez y
regalarme este momento del día, la mañana ventosa de otoño, las primeras
castañas, el viento sur que anuncia cambios, las primeras hojas secas que Nora
va recogiendo del suelo para regalar a sus amigos nuevos del colegio, las
avellanas, las manzanas y los pimientos asados. Los planes para el invierno,
sembrar cereales, tejer y coser. La nueva vida incierta que me espera, la
familia de cuatro miembros!!! Escribir me ayuda a valorar la realidad
maravillosa que vivo, a convertirla en novela para contar, a disfrutarla.
Compartirla con quién sabe quién la transforma y la mejora.
sábado, 10 de marzo de 2012
viernes, 27 de enero de 2012
lanzarote
Fuimos a lanzarote. Nos lanzamos en avión hacia la isla desconocida, en busca de unas vacaciones, descanso, desconectar, todas esas palabras que las personas usamos para justificar nuestra huida temporal de la vida real, para poder soñar, que vivimos en otro sitio, de otra manera, que somos otros al fin y al cabo. Soñamos con ser diferentes observando vidas diferentes a la nuestra, que probablemente también necesiten vacaciones y vendrían encantados a observar nuestra vida para huir de la suya, esa es la paradoja. Pero eso, durante una semana no nos puede importar, sería ridículo ir hasta allá para hacerse estos embrollos en el cerebro… de lo que se trata es de descansar, ir a la playa y que nora chapotee en los charquitos por primera vez en su vida.
Aquello resultó ser un pedrusco maravilloso lleno de pedruscos, piedrecitas, cenizas volcánicas, arenas de colores. Todo muy distinto de Asturias, justo lo que yo necesitaba. Un poco demasiado ventoso para Nora en los charquitos, que a veces pasaba frio, pero por lo demás un lugar encantador, donde cultivar es algo muy exótico y diferente, al igual que la vida del isleño. En una semana no nos dio tiempo más que de tomar contacto y empezar a conocer y entender. Apetecía quedarse un poco más, cuando ya íbamos entendiendo. Quizás volvamos en otra ocasión.
Recomiendo personalmente la finca “la fuentecilla” en Haría, donde nos sentimos como en casa, en un apartamento chiquitito pero más que suficiente, rodeado de jardínes, huerta, gallinas….
martes, 3 de enero de 2012
Un año
Desde julio sin noticias... Esta claro que hemos estado liadisimos, no? Pues se arreglo el tejado, la niña crecio y ya camina y dice mama. Nos quedamos sin dinero con tanta cosa y sin tiempo con tanta cosa tambien. este ipad no tiene acentos, vaya mierdita...
Luis estudia, yo me dedico a la huerta, cuando puedo, sigo con el Huerto escolar con ilusión y mayormente juego con Nora, la atiendo, la alimento, lo normal, vamos. La vida cambio mucho muchisimo y ya nunca nunca estoy sola, ni tampoco tengo tiempo libre, je.
feliz año a los pocos que aun leais este blog abandonado a su suerte
Luis estudia, yo me dedico a la huerta, cuando puedo, sigo con el Huerto escolar con ilusión y mayormente juego con Nora, la atiendo, la alimento, lo normal, vamos. La vida cambio mucho muchisimo y ya nunca nunca estoy sola, ni tampoco tengo tiempo libre, je.
feliz año a los pocos que aun leais este blog abandonado a su suerte
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