A veces es difícil escribir, a veces es difícil la total sinceridad sabiendo que existe la posibilidad de algún lector, y no es que tema la crítica, es que sólo la mera intuición de ese ojo que lee ya hace que el punto de vista de quien escribe varíe, aunque nada más sea un poquito. Es esa forma de influir que tienen las circunstancias, o los oyentes, que hacen que cuando cuentas esa anécdota que siempre cuentas, nunca la cuentes de la misma manera exacta, siempre hay algún pequeño detalle que cambia en función del público. Es muy curioso observarse a uno mismo en relación con los demás, para ver qué efecto produce cada interlocutor en nuestro propio ser, sin apenas hacer o decir nada, sólo con existir en la proximidad.
En mi caso hay compañías que me produjeron una verborrea incesante e infinita. Otras que no me dejaron abrir la boca y otras en las que el equilibrio fue lo más llamativo. En estas ocasiones imagino la conversación como escuchada por una tercera persona (Como Juan José Millás, por ejemplo) y cual sería su opinión sobre la misma, y con esa técnica suelo divertirme bastante, sobre todo en los casos en los que soy yo la que se mantiene en silencio y más aún cuando el tema sobre el que escucho no me interesa en absoluto. (Lo lamento, a veces me pasa, confieso mi culpa….)
Hoy quería escribir sobre una expresión que ayer me entretuvo durante un ratito en mis grandes filosofías de sofá a la hora de salir del trabajo: Es la palabra “cruzado”. Podemos decir de alguien que “está cruzao” y para ello señalar con el dedo cruzado hacia un lado, como diciendo que camina torcido o que torció su camino. Incluso podríamos imaginar a la persona en cuestión con un ojo cruzado como si lo tuviera bizco. También a veces pasa que “se nos cruza un cable” y es cierto que pasa y podemos visualizarlo cruzando nuestro cerebro en inusitada dirección tan real como si fuese real lo de tener cables en el cerebro. Y en esos momentos hay un pensamiento peregrino que gobierna la voluntad de nuestra mente con total autoridad y decide sobre nuestro comportamiento de forma que terminamos llevando a cabo alguna acción que nunca en nuestro sano juicio hubiésemos realizado, pero es que “se me cruzó el cable y me dio por ahí”. Supongo cualquiera que me lea me entenderá perfectamente y si no es así que lo diga, a ver si averiguamos quién es el bicho raro, si esa persona o yo. Otras veces lo que se cruza es un planeta por el firmamento y produce, según los astrólogos, el mismo efecto que cuando se nos cruza un cable, porque gobierna a su antojo nuestra voluntad y nuestras emociones. ¿Será verdad? Y si no lo es, ¿por qué a veces se nos cruzan los cables así, de forma aleatoria?. ¿Tenemos algún tipo de control sobre nuestra cotidiana realidad? ¿Somos o sólo reaccionamos? Nada, termino siempre llegando a la física cuántica donde yo no me encuentro más que con preguntas. Y como dice Luis que dijo Palazuelo, la realidad última siempre está nublada. Por necesidad. Ya me dejo de rollos. A ver si aprendo a poner canciones como los demás…. Hasta prontito.
En mi caso hay compañías que me produjeron una verborrea incesante e infinita. Otras que no me dejaron abrir la boca y otras en las que el equilibrio fue lo más llamativo. En estas ocasiones imagino la conversación como escuchada por una tercera persona (Como Juan José Millás, por ejemplo) y cual sería su opinión sobre la misma, y con esa técnica suelo divertirme bastante, sobre todo en los casos en los que soy yo la que se mantiene en silencio y más aún cuando el tema sobre el que escucho no me interesa en absoluto. (Lo lamento, a veces me pasa, confieso mi culpa….)
Hoy quería escribir sobre una expresión que ayer me entretuvo durante un ratito en mis grandes filosofías de sofá a la hora de salir del trabajo: Es la palabra “cruzado”. Podemos decir de alguien que “está cruzao” y para ello señalar con el dedo cruzado hacia un lado, como diciendo que camina torcido o que torció su camino. Incluso podríamos imaginar a la persona en cuestión con un ojo cruzado como si lo tuviera bizco. También a veces pasa que “se nos cruza un cable” y es cierto que pasa y podemos visualizarlo cruzando nuestro cerebro en inusitada dirección tan real como si fuese real lo de tener cables en el cerebro. Y en esos momentos hay un pensamiento peregrino que gobierna la voluntad de nuestra mente con total autoridad y decide sobre nuestro comportamiento de forma que terminamos llevando a cabo alguna acción que nunca en nuestro sano juicio hubiésemos realizado, pero es que “se me cruzó el cable y me dio por ahí”. Supongo cualquiera que me lea me entenderá perfectamente y si no es así que lo diga, a ver si averiguamos quién es el bicho raro, si esa persona o yo. Otras veces lo que se cruza es un planeta por el firmamento y produce, según los astrólogos, el mismo efecto que cuando se nos cruza un cable, porque gobierna a su antojo nuestra voluntad y nuestras emociones. ¿Será verdad? Y si no lo es, ¿por qué a veces se nos cruzan los cables así, de forma aleatoria?. ¿Tenemos algún tipo de control sobre nuestra cotidiana realidad? ¿Somos o sólo reaccionamos? Nada, termino siempre llegando a la física cuántica donde yo no me encuentro más que con preguntas. Y como dice Luis que dijo Palazuelo, la realidad última siempre está nublada. Por necesidad. Ya me dejo de rollos. A ver si aprendo a poner canciones como los demás…. Hasta prontito.
7 comentarios:
Hola Laurita la Fantástica,
Comparto contigo la idea de que cada vez que uno cuenta algo puede variar en cierta medida dependiendo del “entorno”, en mi caso trato de que la medida sea mínima, simplemente para ser sincera conmigo misma: intento que el contenido no se modifique según el contexto, en todo caso me permito una variación muy superficial...
Sobre el tema del “cable cruzao”, no sé, a mí creo que los cables se me cruzan más bien poco, así que es una experiencia sobre la que no te puedo decir mucho.
¿Canciones en los blogs? Hey, a veces una canción sabe expresar mucho mejor que uno mismo lo que uno precisamente en ese momento quiere decir... ¿Por qué no utilizarlas?
Muchas gracias por el enlace de la derecha, siento no poder añadirte en mi blog, pero es que mi blog, al contrario de la filosofía de los blogs y de la red de redes, es individualista: ¡qué le vamos a hacer! ¡él es así y no lo puedo cambiar a estas alturas! Ha salido un poco “ovejo negro”, no sé de dónde le vendrá (juis, juis).
Jes, jes, me he reído mucho pensando en Millás observándome en las conversaciones, ¡tremendo! Me encanta Millás y todo lo que puede sacarle a la realidad, sabe meterse en una auténtica “cuarta dimensión”, que está ahí, pero a los demás nos cuesta mucho más verla, al menos a mí.
Menudo rollo que me ha salido, sic, perdona...
Muchos besos
P.S.: una dudita, ¿la foto tiene vinculación con el texto?
puse de ejemplo a Millás porque a veces escribe en sus columnas sobre conversaciones que escucha en cualquier lado, aparte que la manera de describir el fenómeno del cable me parecía de su estilo, y por supuesto como homenaje por el premio que acaba de recibir. Como ves, a mí también me gusta, sobre todo por lo mundano y real.
Aparte de esto tiendo a investigar a ver si las cosas raras que a mí me pasan también le pasan al resto del personal. Es bastante tranquilizador sentirse como el resto y en cambio es inquietante sentirse tan diferente. Yo creía que con conecerse a una misma bastaba, porque así conocería el universo completo, snif....
Lo de la música, cuando pueda, ya sabes que mi relación con la red es limitada.
Lo de la foto, no tiene nada que ver aparte del símil de la soledad entre el cosmos.
Miles de besos.
Me alegro de que compartamos gusto por Millás, a mí me encanta.
El tema de los “cables cruzados” aunque, como ya te dije, a mí no me suele pasar, sí que sé de mucha gente que le pasa, así que no “te preocupes”. De todas formas, si te sientes diferente o eres diferente, yo creo que es mejor para ti, y por ende para los que nos comunicamos contigo, porque es muuuuuuyyyy difícil encontrar gente que aporte algo “diferente”. Felicidades si es así, no te debería en absoluto agobiar, al contrario te debería enorgullecer.
Besos grandes
Hola Laurita,
¿cuándo nos vas a escribir algo nuevo?
Yo ya tengo ganitas de leerte...
Muchos besos, ¡grande!
Lucía
otro blog chulo :D de tocaya tuya ;)
http://cotidianas-laura.blogspot.com/
Besos desde Sanse .manolito
El otro día te / os escribí pero no logré que el mensaje quedara grabado, a ver hoy ..
Bueno, era para decir que estas preguntas están siempre presentes, aún a mi edad, ya veis que no es cosa de un momento sino algo latente que durante la vida se deja asomar con más fuerza a veces.
De esto puedo hablar algo, de otros temas más fisicos-filosóficos la verdad es que me falta cultura y entendimiento. lo siento.
Con un beso muy fuerte
Lejos pero Presente
Publicar un comentario