Aquí le tenéis, al orgulloso y digno gallo Olegario (de diminutuivo, Gayo), que según dice una vecina, no sobrevivió al ataque del ferre, sino que salió a defender a su harén y por eso quedó malherido. un aplauso para él.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
¡Esto si que es un canto a la vida! y qué bien lo cuentas, con ternura y a la vez con serenidad y a pesar de la pena.
Larga vida a los pollitos, que sean golfos de andar por los caminos ...
Un besote
De momento se encuentran bien, ya comen y beben del bebedero, que es muy difícil de aprender para un pollito de dos días!! Hay cinco negros y tres amarillos, creo, como se mueven son difíciles de contar.. un beso grande para tí.
¡Cómo se nota que es el jefe de la tribu! ¡Qué porte tiene el Olegario! Está hecho todo un caballero. ¡Muy guapo!
Muchos besos grandes y buenos
Juaaaaaaaaaa, me muero de la risa con Olegariooooo, pero si es un chulooo!!! Qué cosa tan simpática, oye, y es guapo eh? Vaya un gigoló!
Lo mejor es lo de la defensa del harén, es que me muero de la risa.
Viva Olegario! Me tiene rendida a sus patas...
Es muy guapo y bastante chulo, se marca unos zapateados flamencos alrededor de las gallinas que te mueres de risa. Ese es el origen del baile flamenco y se ve muy claro cuando ves al gallo bailar.
Publicar un comentario