Menudo susto, ayer hubo un incendio al lado de casa, llegué de noche y estaba oscuro, y no podía ver. Una sensación de angustia e impotencia tremenda, no sabía qué se había quemado, si era todo, si no... me dio por pensar en las ardillas y los corzos y entonces grandes ganas de llorar, en fín un susto tremendo. Con Luis estuve apagando unos rescoldos que daban un poco miedo hasta la una de la mañana. La ladera empinada, el caldero que pesa, el equilibrio difícil, cuidao no se te caiga el agua, subir, bajar, otra vez, el caldero se rompe, a por otro caldero, subir, bajar... Al llegar a casa, concluimos los dos que lo habíamos pasado fenomenal. No sé si era necesario o no, pero daba miedo porque parecía venía hacia casa, y más vale prevenir, cualquiera se duerme tranquila con ese susto en el cuerpo. Bueno, podéis ver las fotos de hoy al amanecer. Pasa lo de siempre, que no son muy buenas, porque apenas hay luz. Besos muchisimos.
martes, 12 de febrero de 2008
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4 comentarios:
Vaya tela! Vaya susto!
Bueno, mira, le sacasteis el lado positivo, y lo pasasteis bien, eso es lo importante (aparte, obviamente, de que no pasase nada serio).
Una vez estaba en Galicia en un camping con unos amigos. Nos bajamos a la playita y de repente me da por girar la cabeza y mirar hacia el camping y todo ardiendo. Pero todo. Por suerte dio tiempo a evacuar a la gente y los coches estaban fuera. Así no perdimos el medio de transporte para volver a casa ese mismo día claro, porque todo estaba completo y nos quedamos sin tiendas ni sacos ni ná!
muchos hemos tenido experiencias similares, sería de agradecer que la gente fuese más cuidadosa con el fuego...y los mecheros.
¡Tremendo susto! Por suerte, todo quedó en el susto y no avanzó la cosa... gracias también a Luis y a ti, que os pusisteis manos a la obra... Buff, ¡felicidades porque no haya pasado nada importante!
Muchos besos
Todas las precauciones son pocas y, sin duda la suerte de llegar a tiempo si fallan las precauciones.
Un día aquí en casa salía humo y, por suerte, había obras en la carretera. Siempre estábamos echando pestes a las obras interminables al lado de casa y, ahora, pensamos ¡menos mal! porque se había incendiado nuestra lavadora, que está en un garage con mucha madera, al lado de la casa con todo el interior de madera ... No quiero ni pensarlo.
Los obreros quitaron la ventana del garage, llamaron a los bomberos y entre todos solucionaron el problema. Nosotros ni nos enteramos. ¡Uf!
Pero, como en vuestro caso, todo ha salido bien. Con un sentimiento positivo de la vida.
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