jueves, 7 de febrero de 2008

nuevas generaciones vendrán








tras el incidente del domingo con el ferre, que intentó comerse al gallo, y el viernes que encontré una gallina (concretamente era Lole, una de las primeras que vinieron a casa) muerta y a medio comer, con un huevo y todo asomando entre las tripas, es de celebrar la llegada de los chiquitines. En el gallinero es muy patente la fuerza de la naturaleza, su crueldad, su equilibrio. No hay especie en mi pequeña granja que marque tanto la llegada de la primavera como un nuevo grupo de pollitos siguiendo a su madre, no hay imagen tan tierna ni tan vulnerable. De unos sesenta que tuve el año pasado sobrevivieron cinco y uno de ellos fue el famoso pollo de navidad, así que cuatro. Siempre amenazados por los depredadores: ratas, gatos, raposas, mostoliechas, ferres y pardones, y además el frío, la humedad, el escesivo calor, la sed, el hambre y el catarro. Son muy difíciles de sacar adelante en condiciones normales, así que hay que protegerlos. Yo, como el sistema en el que vivimos, para protegerlos los encierro en una jaula de la que no salen al menos e un mes. Cuando empiezan a salir a picotear, porque no soporto verlos encerrados, entonces empiezan también las bajas. En el gallinero aprendí a aceptar la muerte como algo tan natural que pasa cualquier día, y también a valorar los milagros de la vida, porque no hay nada tan tan tan mono, como un pollito recién nacido.


Perdonad la calidad de las fotos, cuando me voy aún no ha salido el sol y no hay luz suficiente, intentaré en próximos días conseguir alguna mejor.

8 comentarios:

Lukosh dijo...

¡Qué guapinos!
Me gusta mucho tu capacidad de convivir con la muerte... ¡Felicidades!
Besos

lauritalafantastica dijo...

Ahí he puesto alguna otra no mucho mejor que las anteriores. Es que se mueven cuando acerco el teléfono...
A mí también me hace bien congraciarme con la muerte, me fue difícil acostrumbrarme. De todas formas parece que el efecto que la muerte tiene sobre mí depende del tamaño del animal, la muerte de la potra la lloré durante mucho más tiempo, la de un pollito casi ni me afecta.
Gracias por comentar, querida Lukosh, un beso muy grande.

Karma dijo...

Oyoyoyo, pero qué linduras son esas? Qué cosa tan bonita...
Y eso de poder aceptar así la muerte... Si es que es como debería ser...deberíamos aceptarla, más cuando es una cosa tan natural, es ley de vida.
Yo he tenido mil bichos desde pequeña, pero no te imagines el drama cada vez que se moría alguno... y ya no te cuento con Blacky, un perrillo que estuvo conmigo desde que tenía 12 años hasta hace apenas nada. Me acuerdo de él todos los días... snif... pero me gusta pensar que fue muy muy feliz, correteando por la montaña prácticamente todos los días...
Bueno, que me enrollo. Tienes unos pollitos preciosossssss
Un besote

lauritalafantastica dijo...

Sí, yo haciendome la fuerte, pero Martín desapareció el lunes por la noche y llevaba sin saber de él desde entonces. Hoy ha venido Rubén el Jefe de Laboratorio contando que vaya preciosidad de perro nuevo que había en la fábrica de dovelas y si veis mi explosión no estaríais tan orgullosas. Lloré, le pegué e incluso le insulté. Me fui llorando a buscar al perro y durante un rato no podía parar, pensando mientras "pero, por qué lloro?", y claro, he tenido que pedirle perdón al pobre chaval que no tiene culpa de nada, y tal y cual. Y todo porque pensaba que podía estar muerto...

Karma dijo...

:( Jolin, normal... Yo me muero, vamos... ayyyyyyy Martin, que se nos ha ido de juergasss...
Yo lo pasaría fatal. Mira, Blacky se iba por ahí, a veces, a pasear y luego cuando se cansaba llegaba al portal, un par de ladridos y le abríamos para que subiese a casa. Hasta que un día no volvió. Mi madre y yo durante 2 días buscándole sin parar, llorando, bueno, no te imaginas. De repente, zas, en un jardincillo de una urbanización, a eso de las 6 de la mañana digo mamá, pero eso no son 2perros? Nos acercamos y ahí estaba Blacky, con la novieta en celo que se había echado. Los dos ahí tirados, parecían cansadísimos. Sólo les faltaba un cigarro en cada pata. Ni te cuento la llorada que nos pegamos a la vez que nos moríamos de la risa... Pero se pasa fatal.

lauritalafantastica dijo...

Gracias por tu apoyo, estaba sintiendome incapaz de vivir en sociedad con estos ataques emocionales que me dan, a veces tan exagerados. pobre Rubén, menos mal que es un cacho pan y me perdona. Supongo que también porque es un cacho pan aproveché para desahogarme en él.

Karma dijo...

Anda, seguro... no somos listas ni ná... quizá necesitases descargar, y aparte de que el tema era lo suficientemente serio como para preocuparse un montón (al menos yo lo hubiese hecho) pues te ayudó a hacer una de esas explosiones que hacemos a veces, que arrasan todo a nuestro alrededor y no dejan más que miradas de incredulidad... jejeje... a mi por lo menos me pasa de vez en cuando

lauritalafantastica dijo...

Lo difícil es mantener el respeto por una misma después de eso...se agradece el compañerismo...femenino, ji,ji,ji. (Alusiones a lo de las comadres, a veces soy retorcida)