miércoles, 26 de marzo de 2008

tarán tan tán


Nada como un ligero temblor bajo los pies, nada como una sacudida súbita, para que algo que se había salido de su lugar natural, vuelva a él. Parece que siempre es bueno actuar con suavidad, sin afectar, pero precisamente, no se afecta. A veces cierta violencia es necesaria para que la naturaleza siga su curso. De nuevo soy yo, de nuevo estoy en mi sitio, y poco a poco iré deslizándome fuera de él, descolocándome, hasta la siguiente sacudida que me haga despertar, volver en mi.

Sigue lloviendo, no para desde el viernes por la tarde, el mundo a mi alrededor rebosa agua, el río baja atolondrado, blanco, marrón, turbio, espumoso, fuera de sí, como lleno de enfervorecida alegría o quizás turbulenta rabia, no se sabe distinguir, en realidad son lo mismo: pasión. Los frutales partidos a la mitad por el peso de la nieve reclaman a lo bruto la falta de poda, nueva muerte y renacer.

Viva la primavera!!

3 comentarios:

hacefalta dijo...

Muy bien expresada la llegada de la primavera a lo bestia. Como aquello que dicen del elefante que entra en una cacharrería.
Personalmemte prefiero ver a la primavera entrando de puntillas, sin estrépitos. Estallando en silencio y como a cámara lenta.
Preciosa la foto.La flor parece de papel.

Lukosh dijo...

Bonita tu primavera con su revolución: crea y destruye y vuelve a crear. ¡Me gusta!
¡Una foto preciosa!

Karma dijo...

Viva!!!