esto está lleno de babosas!

Esta temporada estamos aburridas, supongo que es la lluvia, tanto tiempo lloviendo desmoraliza a cualquiera, y la falta de luz, tan importante para nuestro bienestar emocional. Así que hay sueño, pereza, pequeñas enfermedades…De hecho se acerca el solsticio, tan emocionante momento, tan grande fiesta de playa con tremendo hoguerón y conciertos hasta el amanecer, llena de conocidas y amigas (personas, siempre personas…), lugar de encuentro de muchas como comienzo de la temporada veraniega, después de tanto tiempo dedicadas a nuestras vidas íntimas, al calor del hogar, sin apenas vernos, y no se nota!. A veces escribo frases tan largas que no entiendo cómo sois capaces de seguirlas sin perderos. Pues eso, que no se nota, que seguimos como si estuvieramos en invierno. Quizás tiene razón una que acaba de decir que los segundos corren más despacio y es que el tiempo no avanza. Esto me recuerda la última entrada de hacefalta, habla sobre el tiempo, también. Yo, hablo por hablar, porque no hay mucho que contar en esta primavera llena de caracoles y tsimiacos, de hongos y malas yerbas. La gran paradoja de la huerta: llueve luego las plantas crecen. Sí, pero no, solo algunas, en realidad no las que yo planto, sino todas las demás yerbas que nacen silvestres, salvajes, libres de orden y planificación. En cambio los pimientos, los tomates, las fabas, como si nada, como si el tiempo se hubiera congelado, ni se mueven. Las que sobreviven al ataque baboso, claro. O mantenerse impertérrita o morir baboseada, menudas opciones nos da la naturaleza este mes…
El I Ching dijo que en momentos de desintegración, lo mejor es no hacer nada. Quizás estando totalmente quieta el caracol no me reconozca como algo comestible, y sobreviviré. Así que soporto los ataques migrañosos y las carencias de luz no moviéndome mucho, por si las babosas….