jueves, 7 de agosto de 2008

soy porosa




sí, lo soy, las cosas no me resbalan, sino que me impregno de ellas y me cuesta mucho quitarmelas, como si fuera un panal lleno de miel. Aunque lo que me tiren encima sea agua, se me pega como miel. Necesito una centrifugadora que eche hacia fuera los malos rollos centrifugados y me deje limpita y fresca, nueva y original, sin nada pegado.



Hay personas a las que puedes decirles cualquier barbaridad, que siguen limpias como un jaspe, les pasa la barbaridad por la piel, les recorre todo el cuerpo, pero nada les afecta. Yo soy lo contrario, aunque sea algo resbaloso o la persona que me lo tira sea a su vez resbaladiza, a mi se me queda pegado. Y entonces la vista se me enturbia, se me angustia el corazón, tengo pesadillas, pierdo el apetito y no pienso con claridad. Toda mi vida pedí una bola de cristal, pero no para ver el futuro, sino el presente. Una vez me dijo una amiga que en el horoscopo maya yo era una serpiente ondulante, algo que se mueve sobre la tierra, pegado a ella, sufriendo en la tripa si hay piedras o cristales, pero sin verlos. Y así siento yo a menudo la realidad, me duele pero no la entiendo.



No sé si mi trabajo actual consiste en distinguir los cristales antes de ponerme encima, o en ver venir de lejos a las personas resbaladizas y arrojadizas, o en ponerme un traje de cristal sobre el que todo resbale, hasta la miel.



Al final, cualquiera puede dañarme, hasta el más pintao, se dice. Cualquiera tenga o no criterio, sea o no juicioso, lleve o no lleve gafas de madera, es libre de venir, meterse en mi vida y opinar sobre ella, y luego irse por donde ha venido a seguir con sus cosas dejandome a mí entafarrada hasta las pestañas. Supongo que la gracia está en no escuchar, pero eso para mí es imposible, me cuesta muchísimo no dar crédito a lo que oigo, cuando en teoria es por mi bien, supongo, digo, supongo....Entonces me cabreo porque la vida me parece injusta y cojo toda la miel que tengo y se la tiro alpintao ese, con todas mis fuerzas, a ver si se carameliza y se queda convertido en estatuua, pero le resbala, y duerme bien, y es feliz, y me dice: necesitas un psicólogo.



En fín, menos mal que sé que los psicólogos no existen, que son personas con grandes toneladas de miel acopiadas y esperandome para lanzarmelas, y no les hago caso. Llamandose psicólogo no hay problema, mi problema de confusión viene cuando se llaman amigo. Cagüenlamar, en qué iglesia pondrán los nombre a las personas!!!


Por si acaso , supersticiosa perdida, me cuelgo un armadillo a ver si su cascara me protege.



3 comentarios:

Lukosh dijo...

Me encanta esta entrada Laurita...

Debo decirte que yo también soy porosa, muchas veces he dicho a la gente que me rodea que soy una esponja...

En mi caso, además de por mi carácter, se debe a que estoy muuuuuucho tiempo sola, entonces cualquier roce humano me afecta bastante.

Es horrible ser porosa, porque absorbes todo lo que te rodea y nada te resbala, la mínima cosa te duele (las más de las veces) o te hace feliz (las menos de las veces).

Para los "amigos" es muy fácil dar consejos que ellos nunca seguirían... A mí no me gusta ni dar consejos ni recibirlos, procuro parar al que me viene dando instrucciones sobre la vida, porque, en general, creo que suele estar aún más perdido que yo y me pretende utilizar para probar una vía de actuación...

Besinos y felicidades por esta encantadora entrada, me he sentido muy identificada.

P.S. Es una pena que yo sea poco supersticiosa y crea (de creer) en poco o nada, sino me llenaría de armadillos como el tuyo

lauritalafantastica dijo...

Jolines, muchas gracias!! yo también lo achaco a la soledad, así que has venido a confirmarlo, qué maja.
Me encanta cuando nos sentimos identificadasen laz entradas de la otra.
Ja, ja, ya te regalaré yo algún amuleto...yo tampoco me lo creo, pero a veces se agarra una a cualquier cosa...

Lukosh dijo...

¡Muchas gracias a ti por dar a conocer esa sensación que, veo, compartimos!

Jes, jes, si quieres me apropio virtualmente de tu armadillo y pienso que además de protegerte a ti me protege a mí (de consejos y de esta porosidad absurda y muy dolorosa a veces). ¡Mil gracias, eres un encanto!

Besinos
Lu