gachas con gachos

Nevurrió, pero no llegó a nevar tanto como para cubrir, no satisfizo. Luego cayó una helada que me dejó tiesa, y ahora está nublao, gris, y no pasa nada, un rollo. Está claro que no estoy muy contenta porque sino el tiempo me haría feliz, verdad? Ando gacha como las caléndulas de la foto, que aunque la nieve pesa poco, es suficiente como para que sólo miren al suelo y se olviden de que existe el sol. Y estoy inquieta, esperando que se me pase ya esta tontería, impaciente, como los niños: falta mucho?.Igualigual.

El fín de semana se presenta algo gris, pero con comida: les cebolles rellenes en El Entrego. No soy yo tan partidaria de estas fiestas gastronómicas, pero sí es cierto que atraen mucha gente y los bares se alegran y los bolsillos de sus dueños, también. Ya que no vais a venir, quizás queráis hacerlas en casa...

Estamos esperando que en Diciembre venga un veranín, las témporas lo anunciaron, de hecho aquel día recuerdo estar tirada al sol disfrutando como una loca mientras pensaba que si ese iba a ser el tiempo de Diciembre, menuda maravilla! Y entonces podremos semar el pan, espero, esperamos.

y ya tá, acabose. Muchos besos gachos, pero no os preocupéis que nun ye ná, yel tiempu.