momentos

Pasó agosto a toda velocidad entre unas cosas y otras y septiembre lleva el mismo camino. Ablanas a sacos y cajas de patatas, tomates, calabacines, fabas.Botes de guisantes secos y montones de manojos de faba verdina que ya no encuentran clavo del que colgar. Cajas de botes de pisto. Y muchos viajes en furgoneta de acá para allá, no sé muy bien a qué... El mercanías, la fiesta de la escanda, la segunda quincena de agosto se precipitó como un estornudo explosivo de actividad. Ahora cosechas y cosechas, nos esperan aún las patatas de Riosa, las fabas de Xomezana y el maiz, los arándanos y luego vendrán manzanas, castañas, setas... Qué fiesta el otoño, dispuesta a comer y engordar esperando la nieve.

Mientras, lidio con la organización racional del tiempo de manera desesperada, pues a pesar de correr de un lado a otro tengo a veces la sensación de hacerlo sin sentido. Hago todas las cosas que me gusta hacer pero sin un fín concreto aparte de autoabastecerme en la mayor medida posible, y así ahorrar y avanzar en los arreglos de las casas y panera, y luego el gallinero y después el Rebo.l.lal. Pero ya avanzando voy gastando y me resulta difícil calcular... En ello estoy, poco a poco, este es el segundo mes de libertad. Cuesta acostumbrarse, y a veces da miedo.

La red ramitas me aporta mucho entretenimiento, y mucho trabajo añadido al mío, pero muy gratificante y a la vez aprendo muchas cosas y recuerdo otras que ya había olvidado. La vida social de esta red es intensa entre andechas y trabajos varios. Nos hemos centrado en las cosechas con alegría, esperando la abundancia traiga abundancia.

Así, con buenas noticias con sus momentos difíciles, os saludo desde casa, enchufada al móvil, como una chica moderna...jejeje, rodeada de calabacines...pero a las 12 me convierto en calabaza, así que me queda solo un ratito de internet.

Por cierto, olvidava contaros que Café parece un barril de cerveza con el tremendo panzón. Ya no llega a chuparse el culete, la pobre. Le queda una semana para desvelar el misterio de cuántos churumbeles trae ahí dentro. Por el mismo tiempo, espero trece pollitos para acompañar.

Besinos