Si Don Quijote hizo ante los cabreros su mejor pieza oratoria, la más erudita y sublime, la más política yéticamente revolucionaria, aquella en que manifiesta sus convicciones más íntimas como combatiente desinteresado por el bien, yo ahora, como modesto admirador suyo,deseo terminar la intervención con algunas consideraciones, ajenas al ámbito de lo inmediato, provechoso y pragmático.
Se trata, en primer lugar, de mantener la autonomía e independencia, desconfiando de "ayudas" institucionales, dependiendo sobre todo del propio esfuerzo, con mutua asistencia y hermandad. Es conveniente, así mismo, aprender del pasado, pero con sentido crítico y considerando que la meta es moldear el futuro, en tanto que creación original e innovadora que se inspira en lo que fué pero no lo imita, más aún, se propone superarlo.
La convivencia, con afecto y servicio mutuos, no la competitividad, el egotismo y la animadversión, es lo propio de los seres humanos. El dinero resulta ser un mal, nos ha sido impuesto y, por el momento, tenemos que vivir con él, pero es necesario que comprendamos su negatividad ontológica e inerradicable, de manera que en nuestro diario actuar dejemos más y más espacio a metas y bienes inmateriales, a las que hay que servir desinteresadamente, para constituirnos como sujetos de calidad y virtud, que hacen suyos los problemas de la terrible época que nos ha tocado vivir, en que la libertad, la esencia concreta humana y los valores de la civilización están siendo aniquilados. Para hacer frente a tantas nocividades, que han alcanzado ya un nivel dramático, hemos de ponernos la armadura, como Don Quijote, y salir a pelear, con la palabra y el testimonio. Salud, armonía,alegría y agitación
Se trata, en primer lugar, de mantener la autonomía e independencia, desconfiando de "ayudas" institucionales, dependiendo sobre todo del propio esfuerzo, con mutua asistencia y hermandad. Es conveniente, así mismo, aprender del pasado, pero con sentido crítico y considerando que la meta es moldear el futuro, en tanto que creación original e innovadora que se inspira en lo que fué pero no lo imita, más aún, se propone superarlo.
La convivencia, con afecto y servicio mutuos, no la competitividad, el egotismo y la animadversión, es lo propio de los seres humanos. El dinero resulta ser un mal, nos ha sido impuesto y, por el momento, tenemos que vivir con él, pero es necesario que comprendamos su negatividad ontológica e inerradicable, de manera que en nuestro diario actuar dejemos más y más espacio a metas y bienes inmateriales, a las que hay que servir desinteresadamente, para constituirnos como sujetos de calidad y virtud, que hacen suyos los problemas de la terrible época que nos ha tocado vivir, en que la libertad, la esencia concreta humana y los valores de la civilización están siendo aniquilados. Para hacer frente a tantas nocividades, que han alcanzado ya un nivel dramático, hemos de ponernos la armadura, como Don Quijote, y salir a pelear, con la palabra y el testimonio. Salud, armonía,alegría y agitación
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