La Navidad

Sigo intentando averiguar si tiene alguna relación el espíritu, alma... con la energía científica. No consigo entender porqué si comprimes un espacio vacío aparecen partículas de materia como por arte de magia, ni tampoco cómo funciona el ordenador, pero su sistema binario me recuerda a la cosmología y concepción del mundo de China. Llevo tiempo peleando con la Teoría de la Relatividad de Einstein y aún me resulta un galimatías el concepto de tiempo, y Gurdieff no contribuye a aclararlo, sino a hacer más dura la lucha. Resulta que el ser humano está programado para creer en Dios, supersticiones, señales de la Naturaleza, etc. de forma natural, es así por definición y no porque falle algo. El resto de los seres del planeta funcionan por instinto, y aunque tengan un cerebro no lo tienen ocupado en pensamientos abstractos ni tienen apetencias que van contra su propia salud o en contra de toda lógica, como nosotros. Cada pensamiento nuestro y cada decisión van entrelazándose con las del resto de los humanos y entre todos creamos el presente que vivimos. Los animales no toman decisiones, hacen lo que tienen que hacer, simplemente. Nosotros venga a darle vueltas a la cabeza para vete tú a saber a qué conclusión llegar. ¿Serán entonces nuestras decisiones por pequeñas que sean...divinas? Quizás sea cierto que somos entes creadores y por tanto, dioses (con minúscula, eso sí) cada uno de nosotros. Quizás sea cierto que cada emoción, sentimiento, acción, pensamiento o palabra tiene consecuencias en su entremezclarse con las de los millones de humanos que habitamos esta pelotita redondeta. Y con estas viejas preguntas de toda la vida, con esta inquietud con la que el ser humano está condenado a vivir, empezamos un nuevo año. Si los mayas tienen razón, ya sólo quedan 5 años y una semana para el cambio de paradigma, momento en que los seres pasaremos a habitar un lugar diferente al que ahora conocemos que ya está obsoleto. ¿Conseguiremos por fín desarrollar la telepatía y otras funciones misteriosas que harían de nuestra factura telefónica un chiste? Ojalá. Besos pa toes.