Por fín, llegaron los ansiados días de descanso... Desconectada durante diez días, aún sigo dudando si pedir un ordenador a los reyes o si es mejor desconectarse del todo.
Mataré al pobre pollo, que ya lo sabe desde que nació, y cuando le miro me da una pena su inmenso conocimiento del destino que no veo la hora de matarle para quitarme de en medio esta sensación de culpabilidad. Siempre me cayó mal porque era muy grande y desde que llegó al mundo dije: "este pa navidá".
Pequeño gran pollo, este post va en tu honor, por haber sobrevivido al catarro, aguantado al gallo Olegario, tan grande y prepotente, durante estos meses. Por asumir que tu hermano, sólo por tener nombre y ser más menudo, aparte de por haberse autodesterrado del gallinero para irse a un ciruelo, se salva del horrible fín que a tí te espera. Pequeño gran pollo, por eso tú no tienes nombre, porque la varita del destino te tocó nada más romper aquel huevo. Te comeré y será la única carne del año, y lo haré, como siempre, por amor.
Qué seais muy felices todos los días de vuestra vida, independientemente de la fecha y otras tonterías. A disfrutaaaaaar!!!
viernes, 21 de diciembre de 2007
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3 comentarios:
Los mismos buenos deseos para ti, no por las fechas, sino en general: ¡a disfrutar que son dos días!
El pollo me da un poco de pena, pero la vida es así...
Muchos besos
No sé que decir, salvo que he sentido esto que dices. Lejos del pragmatismo clásico del que cria animales para morir. Qué emotivo y qué sensación voy a tener cuando comparta contigo el momento del que hablas. Pero contenta de compartirlo.
Un beso muuy fuerte
po favó... guárdame medio pollito pa Reyes..besos . Manolito
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