miércoles, 13 de mayo de 2009

Coincidencias


Cuando una mujer embarazada anda por la calle, ve montones de mujeres embarazadas que las demás no vemos. Cuando te compras un coche nuevo, ves miles de coches iguales que el tuyo, dicen. Cuando hay problemas en mi entorno, me da la sensación de que en todos los entornos hay problemas y acabo concluyendo que vivimos tiempos difíciles, y que seguro que pasó saturno, urano o plutón por algún sitio que no debía, y nos está afectando a todos. Siempre encuentro una razón que lo explica todo. O los astros, o va a haber tormenta, o dormí poco... Al final, quedo tranquila, pero con cierta duda sobre si la realidad es esa o no.

Lo importante es estar tranquila, así que vale. Vale la religión, vale la superstición, vale lo que sea, mientras estemos bien. Creemos cosas ridículas que nos hacen sentir bien. Yo lo sé, soy consciente de que mi religión personal es una mezcla de juegos infantiles con supersticiones antiguas, creencias hippis, y religiones varias. En conjunto es bastante simpática, pero para los momentos malos, me sirve. En los buenos, no la utilizo para nada, pues no la necesito, y la miro con lejana ironía y media sonrisa.

Entonces sí que transformamos nuestra realidad, así que tenemos mucho poder.

Ahí os dejo, con un beso, y con una foto del último amasao que está de rechupete!

7 comentarios:

hacefalta dijo...

Tienes mucha razón. Todo vale para nosotros mismos. Al fin y al cabo, la realidad es nuestra y la podemos pintar como nos de la gana. Ese es nuestro privilegio.
Personalmente, cuando las cosas van mal -como si de un tahur fuera- le hecho la culpa a las rachas, a los ciclos. Sin importarme ni pararme a pensar en qué es lo que determina esos ciclos. Rachas y solo rachas. Entonces, como soy optimista, sencillamente espero a que pasen. Suelo visualizarme como un marino en plena tempestad: hay mucha mar, mucho viento, rayos, truenos y lluvia; el barco zozobra contra las olas y yo me aferro al palo mayor y me digo: Ya escampará.
Tiene cojones... y escampa.

lauritalafantastica dijo...

JE, te imagino, asustado pero muy serio y firmemente convencido...a mí me gusta el junco, flexible, cuando llegan las riadas se deja tumbar y sumergir incluso, pero luego vuelve a recuperar su forma y a mecerse suavemente al compás de la corriente...

hacefalta dijo...

Es que tú eres muy oriental, cariño.

Anónimo dijo...

Esa sonrisa y esa mirada están tristes...Yo también.

laura dijo...

está bien que nos lo cuentes, pero no sabemos quién eres ni por qué. Se puede publicar desde el anonimato, pero a veces me crea incertidumbre...

Lukosh dijo...

No sé, yo, Laurita, como creo que ya, más o menos sabes, soy muy práctica y muy poco trascendental.

A mí me parece que el hecho de echar la culpa a la tormenta, al periodo o a dormir mal...
es autoengañarse y no buscar soluciones a los problemas.

La religión (sea cual sea), me parece precisamente eso, un engaño y una forma de no afrontar la realidad. Me parece bien que a ti te valga para estar tranquila, pero, ya que estás en el mundo y te relacionas con los demás, ¿crees que a los demás les vale? ¿O tal vez tú estás tranquila y los demás estás sufriendo por ti, pero tú echas la culpa al ciclo, a la luna...)?

Ya sabes que digo lo que pienso, a veces bestialmente, es simplemente un punto de vista, ni más ni menos.

Besos desde la realidad más cruda.

laura dijo...

Claro, claro, tienes razón...pero hay veces que no se afecta a nadie, solo estás tú y tus sentimientos. Y otras veces que el resto te afecta a tí y no puedes hacer nada.
Me gusta tu sinceridad.
Generalmente si hago sufrir a alguien no puedo dormir ni pensar en otra cosa, ,me obsesiona totalmente hasta que encuentro una solución, si la hay. No es el caso, vamos. A veces también hacemos sufrir sin querer o sin saber. Otras los sufrimientos vienen de malentendidos extraños, de errores en la comunicación o de casualidades imprevisibles. Para mí la realidad está fuera de mi control, tengo una porción muy pequeña de la que ocuparme.
Un beso enorme desde la irrealidad paranoica