Entonces un día fuimos a la hierba arriba de la Romía, no trabajamos demasiado pero nos dieron bien de comer igual. Pasamos el día con los habitantes de la zona, charlando y escuchando, haciendo migas nuevas...
Luego llegó la madera de la panera, gran mañana de descargar y ordenarla toda, dispuesta ya para el momento del montaje. También comimos y bebimos bien, muchas gracias mamá por las conservas de caballa que me salvaron de un apuro comprometido. Eso sí, nos pasamos de sidra a mediodía y yo por la tarde ya no valía pa ná.
Entiendo que el tiempo sin sujetar a una rutina anda libre y alborotado, que es difícil organizar de tantas cosas y posibilidades, tantas ilusiones viejas esperando, quizás demasiadas, ando algo alocada, pero tenemos muchas cosas pendientes de hacer, ya están todos los fines de semana cogidos hasta dentro de bastante, llegan las cosechas y nos esperan arándanos, ablanas, moras, manzanas, castañas...en fín, la vida es muy alegre. Muchos besinos, gracias por estar....
1 comentario:
Te veo muy contenta y me alegra. ¡Que disfrutes!
P.S. ¡El carro está chulísimo!
Publicar un comentario