36

36 cumplí, ya empieza la rampa hacia los cuarenta, una vez pasada la mitad de la década. También empieza el tercer ciclo de 12 años: 12,24,36. Ya voy viendo la vida de otra manera diferente, no sé si es mejor o peor. No sé si perder ilusiones utópicas, sueños de posibles futuros, ideas de una misma en la madurez, es útil. Dudo de si la felicidad no se basa a veces en esos sueños más que en los recuerdos acumulados de lo vivido
Sigo utilizando este espacio como una via íntima de escape, aunque no tiene nada de íntima, pues es totalmente pública. Pero en la intimidad escribo y en la intimidad leo las respuestas. Me sirve para contrastar pensamientos, dudas, con las opiniones de otros, hablen o no hablen, pues el lector está siempre presente. Pero me lo cuestiono. Me cuestiono escribir en el blog como me cuestiono últimamente muchos aspectos de mi vida. A la hora de hacer cambios, por dónde empezar? Qué cosas cambiar y cuáles mantener? Qué caminos iniciar o cuales seguir discurriendo? Ay, odio tomar decisiones, dudar, dudar, decidir, dar marcha atrás, decidir lo contrario...y por supuesto, qué escribir?. Decía Teo que las mujeres de mi edad nos hacemos muchas preguntas...
Sueño con decisiones y posibilidades, sueños inquietos de muchas cosas.
Llevar la huerta escolar de Campomanes con los niños me hace ilusión, será un día a la semana, supongo, para probarme en una situación totalmente diferente, con niños, muchos a la vez, resolver situaciones distintas, aprender de ellos, en fín.
Hay muchos más proyectos en marcha, el agrosilvopastoril de Riosa, con prospección de cerezos, el estudio de la relación de los habitantes de las montañas de Lena con su entorno, los huertos de multiplicación de semilla, y otro sólo en idea, sin haber tomado decisión alguna sobre ellos, flotando sobre mí como nubes de algodón, sueños, sueños.
Pasé un agradable día en mi cumpleaños, paseando por el monte de alrededor con Luis y Nico. Recibí regalos muy bonitos y en general, los amigos y queridos demostraron su cariño. Pero después, me siento rara, a ratos con ímpetu imparable, decidida y echá p'alante, y otros ratos, todo lo contrario, enrosquillada en la esquina del sofá, preguntándome qué me depara la vida.
La oca puso un huevo, grande, blanco y puntiagudo. El oco se pone farruco y me aletea bufando, para defenderla amorosamente. Les hice un nido-vivac vegetal que da risa y no sé si les gusta, creo que no les interesa lo más mínimo, pero les echo la comida allí, a ver si se acostumbran. Cuando se me descontrola el gallinero siento que se me descontrola toda la vida. Ay, mamá, qué decías lo bueno que es trabajar para tener una rutina. La rutina es necesaria porque estamos acostumbradas a ella, todo el mundo tiene sus rutinas. Yo sigo buscando las mías en este barullo de post.
besinos desde val.le