Quién soy yo?
Soy la que grita o soy la que calla?
Soy la que tiene un mundo infinito dentro o la que está vacía?
Soy la alegre, marchosa, impulsora de ideas, o soy la triste, depresiva, solitaria y negativa?
Soy salud o soy enfermedad?
Soy apertura y avance o soy bloqueo y frustración?
Soy amor o soy miedo?
Soy libertad o soy dependencia y necesidad?
Está claro ya desde los griegos, que conocerse a sí mismo es uno de los pilares básicos para llevar una vida plena. Me pregunto cuánto es conocimiento y cuánto decisión. Puesto que somos moldeables y que la realidad es plástica y flexible, relativa, quiénes somos debería ser quiénes queremos o decidimos ser. El problema es que parte de nosotros no es cierto que se controle por la voluntad, aquello que llaman inteligencia emocional es la parte que controlaría lo incontrolable: las emociones, los sentimientos, el grito que sale desde lo más hondo de tus tripas, la alegría inmensa que te hace saltar. Controlar las emociones es someterse. ES anularse, es reprimirse.
La vida social es una vida de represión, de sometimiento a las opiniones del entorno así como a lo establecido. El ser humano, en sus amaneceres, no tenía amigos, sino que tenía un grupo tribal por pura necesidad, donde el que era cruel eliminaba a sus semejantes, donde existía la injusticia y sobre todo, prevalecía la suerte. Un día, cazas, vives, amas, al dia siguiente mueres. La vida y la muerte eran los temas principales de preocupación de aquellos seres, que dudo que conocieran la palabra felicidad, más que para describir instantes efímeros, diminutos, en la corta vida que vivían. Ahora la felicidad es el tema y la imposibilidad de conseguirla, la crisis del momento. La ansiedad, depresión, angustia vital, stress, estas son las enfermedades de nuestro tiempo, que tienen mucho que ver con nuestra capacidad de ser felices y de sobrevivir. Sobreviviría un neanderthal que sufriera de stresss crónico? o depresivo?
Antes, la tristeza se mostraba a grito pelado, en caso de funeral incluso se contrataban mujeres que acompañaran el grito de la madre o esposa, para hacerlo más grande y notorio, tan importante era la pena. Ahora las gafas oscuras y el silencio muestran nuestro duelo. Expresar sentimientos que salen directamente del corazón ya no está bien visto, no es correcto. Los hombres de mucho carácter lo mostraban sin tapujos, dando voces o portazos, las mujeres mostraban su forma de ser al mundo, unas sensibles, otras quejosas, otras malhabladas y descaradas.
Hoy, el pensamiento único, la forma de ser única, nos llevan por un sólo camino, donde cualquiera que no encaje en lo establecido como normal, nos llama la atención, para bien o para mal. A poco llamamos loco, y cualquier gesto fuera del tiesto es despreciado socialmente.
Ya hace mucho que defiendo teóricamente mi voluntad de expresarme, de llorar cuando estoy triste, reirme y gritar de alegria, y mostrar mi frustración y rabia cuando es el caso. No soy una persona cómoda, pues muestro demasiados sentimientos. Tienes mucho carácter, dicen algunos, aunque alguno lo llamaría falta de inteligencia emocional. Pero para qué la quiero? Voy a amarme más porque los demás me acepten mejor? Voy a ser mejor persona por callar cuando me enfado y esperar el momento propicio para expresarme suavemente?
Ay, si fuesemos libres, libres de nuestras propias ataduras. Libres de nosotros mismos.
Paso por momentos difíciles que me ayudan a pensar, la inspiración viene a veces, precisamente, de ese grito del fondo de las tripas.
LA vida es complicada, la libertad de elección, eso que reclamamos históricamente como libertad, es precisamente la que lo complica, a veces, desearía haber heredado el negocio de mi padre y casarme en una boda concertada con un desconocido, montada en un elefente y adornada según la tradición, para convertirme en una esclava de la costumbre y lo establecido, sin tener que decidir, sin tener que elegir, sin tener que valorar o juzgar, simplemente, aceptar.
Hoy ha muerto una de mis gallinas favoritas, hija de esperancita, aquella kika pinta que parecía una paloma. Me ha dado muchas crias, multitud de pollos, la mayoría de ellos muertos ya. No termino de asimilar la mortalidad del gallinero, y sigo ilusionandome con criar, aumentar, producir... La realidad puede golpearme cien veces y yo seguir sin querer verla. Otros, al primer desastre, desisten. Yo sigo aquí, empeada en crear algo que está claro que no es muy estable,por deficnición misma de su naturaleza. Ahora solo queda Gala GAlucha, como esperanza de cria, y el dia que ella muera, lloraré y me disgustaré como si no lo hubiera esperado. Y quizás sea mañana, u hoy mismo.
domingo, 14 de febrero de 2010
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7 comentarios:
Laurita: Que he visto tu comentario en nuestro blog. No escribo mucho en él, pero pertenezco al grupo de http://tallerfemenino07.blogspot.com
Gracias por visitar
Paul Celán dijo lo mismo que tú: "herida de realidad y sin embargo en busca de realidad"... a eso se le suele llamar pasión o locura -para algun@s única fuente de felicidad-, en las antípodas de la prometida seguridad que ofrece el grupo; paradoja tan grande como que nadie se preocupa por la felicidad hasta que no es profundamente desgraciado, herido o simplemente tiene tiempo para preocuparse por algo que no esté más allá de sus narices.
¡Felicidades por ser tan profundamente feliz y desgraciada al mismo tiempo!... la felicidad es así, un concepto demasiado humano, quizás.
Leyendo tus reflexiones me acordé de otras, como que La felicidad y la maternidad están sobrevaloradas. Que el corazón y la cabeza si no van unidas,malo. Que las emociones contenidas son tan necesarias para la vida social como las explosiones de sentimientos para la creatividad personal. Al final necesitamos de todo un poco para chiflar.
Un beso desde el otro valle.
ay, cómo me gusta que aparezcais, por arte de magia, comentarios de mujeres...Me hace sentirme unida al clan, dentro de la tribu, lejos de esa soledad esencial del individuo. Os agradezco mucho mucho la atención.
rozando el tostón...ciertamente.
http://www.bubok.com/libros/21962/Proyecto-Zetor
Vaya, anónimo, lamento haberte aburrido, es tu ejercicio de libertad leer. Agracezco tu comentario crítico. Entiendo te parezca un tostón, no te interesan ni mis tripas ni mis penas. A mí me interesan, pero intentaré escribirlas de forma más amena o literaria....
Laurita me ha encantado esta entrada, es realmente bonita. Con respecto al principio de la misma, el "¿quién soy yo o tú o quien sea?" Creo que todos somos un poco de todo dependiendo del momento.
Sobre la expresión de sentimientos, no sé, creo que también depende un poco de la naturaleza de cada uno y de lo que tu propia naturaleza te pide. Yo soy poco dada a las grandes expresiones de felicidad, siempre lo he sido. He gritado mucho y me he puesto como una fiera en enfados, pero ya me he cansado y ya no suelo gritar, me deja agotada y mi hedonismo se ha puesto en contra de esta expresión. Y mi tristeza, es algo natural en mí y convivo con ella bastante bien, sin necesidad de expresarla; es un hecho más bien interno. Creo que cada uno busca sus vías y el momento, el interlocutor (o la falta de él) o la experiencia influyen en la forma de expresarse.
Me gustaría que la sociedad y sus cánones no nos reprimieran demasiado, también, en nuestra forma de expresión; pero la realidad es que lo hace. Buscamos demasiado la aceptación del grupo y , para ello, nos atenemos a sus reglas. Yo, como ya te comenté otras veces, soy individualista y, cada vez que soy consciente de entrar en un grupo trato de salir corriendo para que no me absorban sus reglas y sus poderes...
Bueno, ¡muchos besinis!
P.S. El comentario del anónimo me parece que es un Spam y lo del tostón se refiere al vínculo que pone en la parte inferior, no a ti...
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