domingo, 6 de marzo de 2011

duerme

Duerme. Por fin. Llevábamos intentándolo desde la 1 del mediodía! Ella llorando porque estaba cansada pero a la vez mirando todo con los ojos bien abiertos, y así distraída con el mundo nuevo que ahora puede observar, incapaz de dormir. A veces siento que es como yo, que me cuesta mucho dormir durante el día y si estoy cansada tengo ganas de llorar por cualquier cosa. Es fácil proyectarse una misma en su propia hija…


Engorda. Las piernas rechonchas se mueven sin cesar y ella sonríe y hace ruiditos, satisfecha, bien alimentada, cuidada, querida. Y mientras, yo no sé cómo estoy yo. Feliz de estar con ella, feliz de ser madre, tranquila en general, pero a veces, a veces extraña. Ya no duermo, ya no cultivo, ya no hago planes incesantes, ya no sé cómo va a ser mi vida, qué podré y qué no podré hacer. La imagino con seis meses, con un año, con tres años, y no veo momento de descanso. Abruma la atención que voy a tener que dar y la que me voy a tener que dejar de dar.

Los proyectos de futuro se confunden, la economía, los sueños, ahora todo debe amoldarse a ella. Qué haré? No lo sé.

Tengo miedo de volver a trabajar, de separarnos, de sufrir y de que sufra, de no poder seguir con la lactancia. Ayayayay cuánta indeterminación. El futuro siempre fue incierto, nada nuevo.

2 comentarios:

hacefalta dijo...

Bueno... estás empezando a pagar el peaje de la creación. Pero hay días tan formidables que ese pago pasará completamente desapercibido.
¿Estará empezando ya a echar los dientinos y por eso llora?
Besinos.

Lukosh dijo...

Es natural que la llegada de la peque cambie todo y/o haga el futuro aún más indeterminado que normalmente. Creo que eso debe ser parte de lo bonito de tener hijos, ¿no?

Yo, personalmente, creo que no podría soportar pensar en mi vida en base a las necesidades de otra persona* (hijo/a), especialmente porque no me gustan nada los niños, pero supongo que quien los tiene, como tú, es porque le gustan y los quiere y, de este modo, está dispuesto a cambiarlo todo para adecuarse a ellos.

Espero que disfrutéis de todas esas cosas que dicen que se disfrutan cuando se tiene a un hijo, incluidas las incertidumbres o la falta de tiempo para uno mismo.

Muchos besos grandes y siempre con poco tiempo para escribir todo lo que una tendría ganas de escribir.

*Jes, jes, bueno, yo adapto mi vida continuamente a las necesidades de mis gatos y de mi pareja, ¡ya tengo bastante!