lunes, 25 de febrero de 2008

el pan nuestro de cada dia


Sí, sí, la foto está muy oscura, pero es que no os imaginais lo oscura que es Casa Antón, donde cocemos el pan. Es una casita típica de la zona, que se conserva apenas sin cambios desde el último habitante. Tiene dos cuartos, uno donde está el horno y donde tizaba el paisano, en el suelo, y otro donde tendría (que ya no está) un camastro para dormir. No hay más, es el mínimo habitáculo: oscuro, pequeño, pero caliente. Pasaba el hombre el día trabajando fuera, que si a cerrar, que si a las vacas, que si a la hierba, que si al pan, y sólo iban a guarecerse cuando ya la falta de luz o las inclemencias del tiempo no permitían hacer nada por fuera.
Bueno, y ese es nuestro pan, nuestros quince maravillosos bollos de ayer, que no puedo describir lo bien que salieron porque no tengo palabras, no sé si es subjetivo o no, pero cada vez me sabe mejor. Ya pronto va a hacer un año que amasamos juntas Anabelén y yo, lamento no recordar cuándo empezamos para celebrar una fecha tan importante, pero creo que fue a principios de primavera del año pasado, cuando dejamos de comprar pan. Estamos convencidas de que esta actividad, un día cada dos o tres semanas, en el que amasamos, charlamos, compartimos últimas lecturas y películas, así como recientes aventuras, anhelos, miedos, dias alegres o tristes,...en fín, un poco de todo, siempre aderezado con nostálgicos recuerdos de la niñez en los pueblos y en el puerto y del hablar de las gentes de la zona, bueno pues que creemos que es una actividad de alto interés político y filosófico. Porque compartimos y crecemos, porque no colaboramos con el sistema, porque recuperamos las formas de hacer tradicionales, porque pasamos un dia entero de ocio sin dedicarlo al ocio, sino a trabajar disfrutando de lo que hacemos, y porque al final, la base de nuestra alimentación, ye de casa. Y está mucho más bueno que ningún otro pan del mundo.

7 comentarios:

Karma dijo...

Es que ese es el mejor pan del mundo! No hay más que verlo!!! Sois unas artistas! Yo quiero un autógrafooo

Lukosh dijo...

Uhmm, ¡qué hambre me ha dado! La verdad es que sí, que sí, muy bonito eso de reunirse, eso de hablar y todas esas cositas... pero a mí se me van los ojos al pan (ya sabes soy bastante materialista), tiene una pinta excelente. Y seguro que con el paso del tiempo ni se queda chicloso ni duro... ¡rico, rico!
Enhorabuena por ese pan artesanal, yo lo hago también a veces, casero, pero con horno eléctrico.
Besos y que lo disfrutes

BOMBA & LILO dijo...

A mi me encanta hacer pan. Tuve una chica que fue panadera que me recomendo dejar la harina, la levadura y el agua medio revueltillos la noche anterior. Luego comprobé que poniendo un poco de leche en polvo queda mas jugoso. Y si ya le pones pasas..., o ajo..., cebolla..., o alguna mezcla curiosa..., mmm. Rico, rico. Como lo haceis vosotras? Que tipo de harina le poneis?. Dame truquis para mejorar los mios.

BOMBA & LILO dijo...

Por cierto, una pequeña historia. Mi madre pasaba gran parte del día en la casa de sus tías. Una preciosa casa de cuatro plantas situada en la Calle de la Fruta de Avilés. Era una casa enorme, de esas con una escalera de madera inmensa, con la típica baranda que incita a tirarse por ella. Era una casa llena de gente. Los que vivían, que eran unos pocos, y los que pasaban allí el día. Tios, tias, primos, sobrinos... y dos chicas que se encargaban de las labores, Conchita y Lupiana. Mi madre lo pasaba bomba bajando a la cocina para hacerles compañia haciendo una cosa que le encantaba, "hacer amasamientos". Y de paso, así, la tenian entretenida.
Uno de sus tios era el director general de Hidroelectrica, y claro, fueron de los primeros en tener nevera. ¿Sabes como se llamaban?. Frigidaire (vamos, nevera en francés). Y ellos decián: "Voy a la frisidier". Aquel maravilloso aparato sustituyó a los enormes bloques de hielo que se llevaban cada día a las casas.
Me encantan estas historias. Si las oyerais... Son de película. Era una casa llena de historias y de personajes de lo mas variopinto.
Espero no aburriros

lauritalafantastica dijo...

a mí desde luego, no me aburres, me encanta lo de la frisidier,voy a adoptar esta palabra. En mi casa, como la nevera hace ruido y no lo soporto, la desterré al extremo más lejano, dos puertas más allá, al lado del baño. Es una zona en la que no hay calefacción de ningún tipo, así que cuando alguien va hacia esa zona, por ejemplo al baño, en invierno, imaginaros. Antes decía "Cierra la puerta de la nevera", ahora diré de la frisidier...
Un beso grande, Nata, la receta del pan, estoy en ello.

Karma dijo...

Qué chulooooo! A mi tambien me encantan esas historias, me pasaría la vida escuchándolas... es que hoy en día vivimos pero que muy bien y apenas valoramos cosas tan importantes como el frisidier, pero que nos lo quiten, ya verás ya!

lauritalafantastica dijo...

pues en concreto el mío es como el cementerio de los elefantes, la comida, cuando ya no ve claro su futuro y sabe que va a morir, va al frisidier, donde apaciblemente se va poniendo verde hasta que algún día noto que algo huele mal y ya acaba siendo comida de gallinas.