Parece que una vez me animé a salir cogí impulso y me cuesta menos… fui a León a pasar la famosa navidad, que ya se ha acabado, tanta impresión y luego dura un suspiro.
León también congelado, para hacer juego con el resto del norte, el páramo blanco y llano, lanas de muchos colores y familias ajenas. La ciudad con un perro se vive de otra manera tan diferente… Ahora echo de menos comer un poco de verdura, que poco a poco asoma tímida bajo la escarcha, porque la nieve se derritió, llegó el sol y por la noche la helada fría, mucho más dolorosa que el amoroso manto de la nieve.
Me siento feliz y tranquila y os deseo a todas lo mismo, la plenitud.
sábado, 26 de diciembre de 2009
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1 comentario:
Qué bien,
Estamos todos en casa, en la cocina enchufados con el wifi de Paloma Mauro y yo.
Que la abuela dice que cuándo vienes, que el 28 comida familar por si te/os animais.
Por aquí ambiente tranquilo, mañana fabada aquí ¿vendrás?
Un beso fuerte y hasta prontito
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